WordPress se ha convertido en el buque insignia de la gestión de contenidos.
Parece que anteriormente a su existencia no hubiera ningún sistema de gestión de contenidos (cuando algunos llevábamos una década programando backoffice para gestionar los frontoffice), incluso ahora mismo parece que si no usas WordPress para webs generales, es porque usas Prestashop para tiendas, como si no hubiera competencia dentro de sus áreas (Textpattern, Drupal, …).
WordPress ha hecho cosas excelentes:
· una comuidad de desarrolladores inmensa
· ofrecer plugins gratuitos o muy económicos
· ofrecer themes gratuitos o muy económicos
con lo cual los usuarios se sienten muy arropados.
WordPress ha conseguido cosas magníficas:
· un sistema técnicamente sencillo
· una API fácil y versatil para extender sus funcionalidades hasta puntos insospechados (basta con admirar el trabajo realizado en WPLM)
· una compatiblidad increíble con versiones anteriores
con lo cual los desarrolladores se sienten muy arropados.
Más adelante alabaré algunas cuestiones técnicas que me impresionan.
WordPress lo pone fácil para todos.
Lo instalas, en menos de media hora tienes un sistema para crear páginas, subpáginas, otros tipos de páginas (post) que puedes agrupar en categorías con subcategorías y menús donde organizar todo ésto. Y no nos engañemos que la mayoría de webs no son más que eso: listados con fichas y el omnipresente formulario de contacto.
Después de esos 30 minutos largos ya sólo tienes que escarbar entre themes gratis, instalables sin tener conocimientos técnicos, docenas de funcionalidades decaplicadas en plugins que hacen más de lo mismo pero de otra forma…
O si eres desarrollador, después de esos 30 minutos largos, en escasas 4 horas puedes haber hecho un theme básico sin que signifique pobre. No digamos ya, si tienes un mínimo de experiencia y reutilizas shortcodes, …
Pero … WordPress no es simpre la mejor solución
Ahora es cuando llegamos al escándalo. Con todo lo anterior, parece que sencillamente mencionar la posibilidad de usar una solución distinta a WordPress sea una blasfemia. Se te mira con ojos raros y ahí es donde se me empiezan a inflamar los testículos. No me gusta esa defensión a ultranza y mucho menos cuando el contertulio es no es una persona técnica porque no está defendiendo una solución porque cree en ella, está defendiendo una solución porque es la única que conoce.
Lo que la gente no tiene en consideración al principio:
· WordPress no es sinónimo de desarrollo económico, a menos que dejes las cosas tal cual se instalan.
· WordPress no es sinómimo de simplicidad pues hay paneles de configuracion themes y de sliders que requieren un buen tutorial previo.
· WordPress no siempre es fácil de mantener. Las actualizaciones generan en ocasiones incompatibilidades entre plugins.
· WordPress no tiene un gran soporte especialmente cuando instalas cosas gratuitas o económicas porque sinceramente si pagas 40 euros por un theme cuántas hroas crees que el autor está dispuesto a esforzarse por investigar tu problema…
En lo sucesivo veremos ejemplos de éstas y otras razones para comedir el amor hacia WordPress.
WordPress es una herramienta poderosa al alcance de cualquiera, pero me gusta más verlo como un jugete para niños porque donde mejor hace su cometido es en proyectos sencillos que cubren necesidades básicas de personas o empresas sin presupuesto y sin grandes requisitos.